Esta iniciativa sin precedentes en la provincia de Buenos Aires tiene como objetivo primordial el ordenamiento territorial en función de la necesidad de utilización del recurso para el desarrollo, al tiempo que da visibilidad a la situación real en que se encuentra el recurso subterráneo. Promueve la optimización de su empleo, la satisfacción de las distintas demandas de agua y la compatibilización del desarrollo de las distintas regiones con la sustentabilidad de la explotación.

A estos efectos, los Mapas establecen tres categorías de disponibilidad del recurso hídrico superficial y subterráneo: buena, condicionada y restringida. Estas estimaciones permiten lograr una adecuada planificación para la gestión del agua con base en el principio de Gestión Integrada de los Recursos Hídricos, que establece que el agua es un bien finito y vulnerable, a la vez que resulta vital para el desarrollo de la Provincia, como también indispensable para el bienestar general.

El mapa de disponibilidad es también una herramienta para fomentar la regularización de los usuarios al crear un registro de preexistentes. Se establecen las preferencias y prerrogativas para el uso del agua de dominio público por categoría de usos, privilegiando el abastecimiento de agua potable y alentando criterios de reutilización de agua para uso industrial o cualquier actividad productiva que así lo permita